Indio Gris cumple 10 años
-comienzo de los festejos-
-comienzo de los festejos-
Aunque no alcance el Premio Nobel igual seguiré escribiendo. Igual seguiré luchando contra el periodismo amarillo que, hoy día, es todo el periodismo.
Seguiré pensando: que los argentinos se equivocan más veces que las que aciertan, que Ernesto Sábato merece el Nobel de la Paz, no el de Literatura; que la embajada Argentina en España no lee mis versos; que seguiré pensando que España es mi país a pesar de algunos españoles; que los blogueros de El País en su gran mayoría son incultos y sectarios.
Mientras voy filosofando, me doy cuenta de que a los 70 años muy pocas son las cosas que se pueden cambiar. Si no fuera por mi edad, y aunque no me den el Premio o no lo alcance, prometería ser bueno en todo.
Resulta que a un señor (según el periodista) le cambió la vida, para bien, después de tomar ácido lisérgico o parecido y lo hacen histórico. Sin embargo a ese periodista que le cambió totalmente la vida al meterse un dedo en el culo, ni lo mencionan.
Además, conozco una mujer que le cambió la vida cuando me besó por primera vez y eso, tampoco está, ni registrado, ni patentado.
Y a ese otro pobre hombre que le cambió la vida, para bien, cuando su mujer lo engañó (varias veces) con su mejor amigo y, sin embargo, la prensa no recomienda, para mejorar la vida, la infidelidad.
Si no estuviera por cumplir 70 años, prometería ¡tantas cosas!
Por ejemplo, prometería conjugar todos los verbos que me sean posibles. Construir con los infinitivos un código moral.
Hasta la próxima.
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