jueves, 8 de julio de 2010

La salud y el trabajo

LA SALUD Y EL TRABAJO



El pasado domingo día 4 de julio salía publicado un artículo en Diario Sur con el titular ¿El trabajo es salud? En primer lugar quisiera plantearme la conjunción de ambos términos. La Organización Mundial de la Salud define el término salud de la siguiente forma: Estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad. Según esta definición, muy pocos estaríamos en un estado saludable. Podríamos darlos por satisfechos si conjugamos cierto nivel de bienestar físico, mental y social, y nos conformamos cuando falla alguno de ellos. Alcanzar esa completud es, para muchos, inimaginable en el mundo en que vivimos. 

Si buscamos la definición del concepto de trabajo encontramos en el diccionario de la Real Academia Española: Acción y efecto de trabajar. Ocupación retribuida. Obra, resultado de la actividad humana. Nada se dice del efecto sobre el que trabaja. Hay que reconocer que el concepto de trabajo no goza, hoy en día, de sus mejores momentos. Para unos porque les falta, para otros porque no tienen condiciones justas de trabajo, personas que trabajan hasta 14 horas al día por 900 euros y tienen que sentirse afortunadas por ello. Sin embargo, para no caer en las siempre efervescentes críticas, el concepto de trabajo entendido desde el punto de vista de la necesidad de la fuerza humana para transformar una materia, inclusive la propia persona, no tiene por qué significar injusticia e insatisfacción. 

Es el mercado laboral el que pervierte el concepto, son los empresarios los que no establecen condiciones justas para sus trabajadores, es la avaricia desmedida de un sistema que se olvida de la necesidad de cuidar al trabajador. Es cierto que antaño no existían las jornadas de trabajo, las personas trabajaban hasta caer exhaustas y eran sustituidas por otra persona hasta que corría la misma suerte. Ha habido importantes conquistas sociales, pero no podemos darnos por satisfechos. No vivimos en una sociedad justa. Aún hay quienes no encuentran trabajo porque los financieros fueron demasiado ambiciosos, quienes terminan su formación universitaria y no encuentran un mercado laboral que les reciba. Con estas circunstancias, parece difícil entender frase del poeta José Martí: La felicidad sólo puede hallarse en el camino del trabajo. 

Lejos de pensar una vida donde todos seamos iguales y todos ganemos lo mismo, más allá de la importancia de la valía del trabajador, de su formación, de su ambición, también hay que exigir al sistema productivo y de trabajo condiciones justas para los trabajadores. El trabajo es un concepto que refleja la necesidad de poner nuestro deseo, nuestra fuerza para transformar la Naturaleza y nuestra propia naturaleza. El trabajo realizado con condiciones y remuneración adecuadas no sólo es satisfactorio, sino que abre el camino para un estado de bienestar físico, mental y social. Porque sin trabajo no hay acceso a salud, educación o bienestar. 





Helena Trujillo 

Psicoanalista Grupo Cero 

















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